CUCBA HA INVESTIGADO VENENO DE ABEJA Y OTROS PRODUCTOS CONTRA MÁS DE 100 ENFERMEDADES

Informativo 1156 _ Eduardo Carrillo

Ha corroborado su eficacia como antibiótico y promotor de crecimiento celular

La apitoxina, es decir, el veneno de la abeja de la especie Apis mellifera ha sido probada por investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) contra más de 100 enfermedades, con resultados favorables. Han comprobado su eficiencia como antiséptico, antibiótico y promotor de crecimiento celular.

El académico de la Universidad de Guadalajara, maestro Sergio Álvarez Barajas, explicó que han estudiado sus metabolitos (productos): miel, propoleo, polen, cera y veneno, que separado y en combinaciones con otros productos apícolas tratan afecciones como hipertensión, diabetes, fibromialgia e infecciones digestivas, respiratorias y oculares.

“Cuando no hay una sanación completa hay un control”. Por ejemplo, con este tratamiento alternativo, un diabético ya no requiere inyectarse insulina porque “el veneno de la abeja será el promotor en la fabricación de la insulina”, explicó el también biólogo y médico, adscrito al Departamento de Biología Celular y Molecular del CUCBA.

Las propiedades de la cera como cicatrizante ya eran conocidas por Álvarez Barajas, pero la estabilizó y la aplicó en heridas, escoriaciones e intervenciones quirúrgicas. Tras elaborar un ungüento con cera y apitoxina (que tiene nueve antibióticos naturales), aceleraron la cicatrización en cuatro días y evitaron infecciones por virus o bacterias.

Otro avance preliminar demuestra que el uso de la apitoxina y el propoleo son “una poderosa mezcla” que destruye la capside (cápsula) del virus del Sida, y promueven el crecimiento de defensas en el organismo. Lo primero, también, ha sido demostrado en otras universidades de Estados Unidos, Argentina y España. “Estamos a la par en este tipo de investigaciones”. El CUCBA impulsa un programa de apoyo a 25 pacientes, algunos con VIH y otros con Sida. Con el tratamiento han mejorado su calidad de vida y han resuelto infecciones oportunistas como sífilis y tuberculosis.

Con más de 35 años dedicado a estos insectos, el ingeniero agrónomo Rafael Ordaz Briseño, académico y responsable del Apiario del CUCBA, dijo que la meta es seguir estudiando y trabajando para “obtener nuevos tratamientos”. En el apiario, con 20 años y adscrito al Departamento de Producción Animal, se capacita a biólogos, agrónomos, veterinarios y se realizan estudios sobre apitoxina desde hace más de cinco años.

Ordaz Briseño reconoció que estos productos apícolas “no son la panacea”, pero dijo: “Sí tiene muchas cosas que todavía no hemos descubierto”. Para realizar más estudios y mejorar las instalaciones pidió más apoyo y recursos, así como la participación de alumnos a fin de obtener más conocimientos que den solución a males humanos.

A T E N T A M E N T E
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jalisco, 23 de agosto 2015

 
Texto: Eduardo Carrillo
Fotografía: Diana de la Mora